Las inscripciones que presiden la fachada del Palacio de Don Pedro I, rey de Castilla y León en el siglo XIV, siguen hoy formando parte de la imagen de Sevilla, mestiza también en el terreno de la escritura. En el rectángulo de cerámica azul y blanca que adintela los hermosos ajimeces, este sultán cristiano invocó la protección del dios musulmán en caracteres cúficos, la más antigua caligrafía arábiga. La banda que lo circunscribe en capitales góticas informa al visitante de quién mandó construir semejante maravilla mudéjar sobre los viejos espacios almohades. Tomé la foto en abril de 2009.
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