viernes, 18 de octubre de 2013

La memoria inscrita del cricket

Una de mis rarezas, aunque en este caso sea puramente transitiva, es que conozco al que posiblemente sea el único español que no solo sabe diferenciar un bate de cricket de una tabla de lavandera, sino que incluso conoce y disfruta ese deporte hasta límites impropios de un hispano. Desde que soy el dealer de artículos de cricket de Johannes A. von Horrach, mi relación con ese juego ha cambiado. No puedo decir que haya entendido nada de esta actividad misteriosa, propia de británicos e indostaníes muy capaces de hacer durar un encuentro hasta cinco días para acabar empatándolo; pero, al menos, la presencia del cricket en esta ciudad no me pasa tan inadvertida como antes.

Hoy mismo, teniendo que resolver una cuestión administrativa en el centro municipal de atención al ciudadano, sito en Hove, me encontré muy cerca de la sede del Sussex County Cricket Club, así que me acerqué a visitarla y comprar en la tienda algún artículo que alimentase el fetichismo de mi amigo.

Sussex County Cricket Club: Spen Cama Pavilion, octubre de 2013.

El campo del Sussex County Cricket Club

Lo que he encontrado es que, a la entrada de este edificio muy recientemente remodelado, el club ha instalado lo que ha dado en llamar la Player's Piazza. En la entrada anterior, a propósito del castillo de Lewes, comentábamos esa forma de financiación que consiste en vender ladrillos inscritos a personas, empresas y colectivos y recaudar así fondos para elevar un monumento, reformar una vieja arquitectura, sufragar una nueva o financiar un charity. Es este el caso: la Player's Piazza está embaldosada con los nombres de algunos de los hasta 701 miembros de los Sussex Sharks del presente y del pasado, asociados de por vida a los de quienes contribuyeron en este proyecto. Una empresa local se dedica a grabar los ladrillos mediante encargo en línea.




Cien libras más IVA permiten a unos dejar testimonio imperecedero de su amor; a otros, recordar para siempre a un ser querido que falleció; a las empresas, hacerse una publicidad muy duradera; y a los seguidores del club, en general, publicar de forma indeleble su adhesión al club o su admiración por una particular estrella. Todos los beneficios de esta iniciativa, como explica esta web, sirven para colaborar con la fundación solidaria del club, el Sussex Cricket in the Community Trust.

La Player's Piazza a la entrada del Spen Cama Pavilion, octubre de 2013.

Player's Piazza (detalle).

viernes, 11 de octubre de 2013

Peldaños inscritos en el castillo de Lewes

Hace casi mil años que nos contemplan los sillares del castillo de Lewes desde lo alto del promontorio artificial en que fue emplazado. Más concretamente, desde la conquista del trono inglés por Guillermo I y el reparto de Sussex entre sus barones normandos. La hermosa ciudad de Lewes correspondió a Guillermo de Warenne, caballero muy principal y yerno del Conquistador, que inmediatamente se ocupó de fortificar el lugar en el que ya había existido una fortaleza sajona. De aquel poderoso castillo sobreviven hoy solo algunas partes, la más impresionante de las cuales es una barbacana de construcción algo posterior.


Al oeste se alza el conjunto más elevado del castillo, su torre del homenaje. Para llegar a sus almenas es necesario salvar hasta 120 escalones entre terrazas ajardinadas.


Al llegar a la cima, el visitante comprende por qué sajones y normandos escogieron este lugar para dominar el valle del Ouse.



  

El castillo de Lewes ha sido objeto en años recientes de obras de restauración sustanciales por valor de un millón de libras esterlinas. La Sussex Archeological Society, propietaria de este monumento y de otros varios a lo largo y ancho de los condados de West Sussex e East Sussex, decidió sufragar parcialmente los elevados gastos mediante una interesante modalidad de suscripción popular, bajo el eslogan Sponsor a step. En la web de esta organización no lucrativa se puede comprobar: todo ciudadano particular, organización o colectivo puede comprar uno de los 120 peldaños de la escalera por la módica cantidad de quinientas libras. Aportando esta cantidad, cada nuevo patrono adquiere el derecho a que uno de los escalones que suben al castillo de Lewes lleve grabado su nombre o cualquier frase que no sobrepase los 32 caracteres. La web de la SAS muestra como ejemplo una inscripción de tipo comercial y la mayoría de los mensajes constituyen meras firmas individuales o de parejas o familias. Algunas hacen las veces de brevísimas estelas funerarias y unas pocas encierran destellos de concisión e ingenio forzosamente más concentrados que los que encontramos en Twitter. En estas imágenes tomadas hoy encontramos a "Los Barton, que adoran los castillos", a la familia Brotherton, al Ayuntamiento de Lewes o a sus residentes y visitantes...




No es la única institución que ha recurrido a esta forma de financiación: la mexicana Universidad de Monterrey, por ejemplo, también vende ladrillos grabados. Empresas norteamericanas como Olde Mill o Brick Markers hacen del ladrillo inscrito un eficaz instrumento de marketing tanto comercial como no lucrativo.

En el caso de Lewes, se trata de una forma bastante segura de garantizarse un recuerdo, sobre todo si tenemos en cuenta que las piedras a que acompañarán estas inscripciones llevan ahí casi mil años.